Identidad
y pertenencia
Fr + Estephanos
Cab de Justicia Orden Soberana Rurikovich
En primer lugar la Exhortación a los
Hermanos y Hermanas de Penitencia, un documento que ha sido adoptado tanto por la Orden Franciscana
Seglar y la Tercera
Orden Regular como una introducción para la reflexión
profunda en sus respectivos reglamentos, San Francisco como pregonero enfoca a sus seguidores
a tener una relación cercana, íntima a Dios, esa relación es un conocimiento
que significa intimidad After highlighting the
five elements of a penitential life (love of God, love of neighbor, hatred of
sin, participation in the Eucharist, and a life which produces worthy fruits of
penance) he states: San Francisco de asís pone de relieve
cinco puntos rectores de una vida de penitencia (
1. El amor de Dios,
2. amor al prójimo,
3. odio al pecado,
4. la participación en la Eucaristía , y
5. una vida que produce frutos dignos de
penitencia.
El amor a Dios: Podemos pregustar el anticipo de
San Francisco para acercarse al altar, a
la mesa, limpio de todo pensamiento inicuo, para recibir la sagrada hostia, es
conciente del amor invalorable y de un merito sin limite de Nuestro señor
Jesús, amor sin fronteras, amor sin barreras.
El amor al prójimo es evidente en el testimonio a
nuestros hermanos, no solo en la propagación de la fe, sino que amamos porque
el amo primero estando hechos a la imagen y semejanza, “el amor proviene de
Dios”
Odio al pecado: Acudir al sacramento de la
Confesión, dejar el mal, buscar el bien, cultivar una relación profunda y
productiva en la fraternidad para compartir la vida común, el pecado lleva a la división.
Participación en la Eucaristía:
Una vida que produce frutos dignos de
penitencia. Permitir
que Dios actúe en nuestro corazón que el Espíritu Santo se haga templo en
nuestro interior para reflejar como un ramillete la caridad, en los frutos del
Espíritu Santo.
Pero
mejor que hable nuestro seráfico san Francisco
¡Oh, cuán dichosos y benditos son estos hombres y mujeres mientras hacen
tales cosas y perseveren en hacerlas, porque el Espíritu del Señor se posará
sobre ellos y hacer su casa y morada entre ellos, y son hijos del Padre
Celestial quién las obras que hacen, y son esposos, hermanos y madres de
nuestro Señor Jesucristo. Somos esposos cuando el alma fiel se une por el Espíritu Santo a nuestro Señor
Jesucristo. Somos hermanos con Él cuando
hacemos la voluntad del Padre que está en los cielos. Somos madres cuando lo llevamos en nuestro corazón y cuerpo a través de un amor
divino y una conciencia pura y sincera y de dar a luz a Él a través de una
actividad santas, que deben brillar como un ejemplo ante los demás. [10] [10] A principios de la
Exhortación a los Hermanos y Hermanas de la Penitencia , 5-7, en El
Santo, 41-42.