EL FRANCISCANO SEGLAR: PRESENTE Y ACTIVO EN EL MUNDO
Se dice que el Espíritu Santo es el "Ministro" General de la Familia Franciscana. Y se dice bien, ya que a la hora de sentarme ante el folio en blanco para preparar estos comentarios, me percate que hoy (10-1-99) celebramos el bautismo de Jesús y curiosamente la primera Lectura de la Eucaristía nos viene al dedo para interpelarnos sobre la cuestión que nos ocupa.
Lectura del Profeta Isaías, que dice:
"Yo el Señor, te llamé
según mi plan de salvación,
te tomé de la mano, te formé
e hice de ti alianza del pueblo
y luz de las naciones
para abrir los ojos a los ciegos,
sacar de la cárcel a los cautivos
y del calabozo a los que habitan en tinieblas".
(Is 43, 6-7)
1.- LA OFS VOCACIONADA PARA EL COMPROMISO EN EL MUNDO
Jesús supo interpretar las palabras de Isaías y se las aplicó así mismo. La experiencia del bautismo... el sentirse "ungido por el Espíritu" le impulsó y determinó su vida posterior: Una vida marcada por el servicio y por el anuncio de la buena noticia (Lc 4, 18).
En cualquier misa de bautizos de nuestras parroquias, la oración colecta del sacerdote dice que habiendo siendo recibidos por el bautismo en el seno de la Iglesia "nos hagamos ardorosos testigos de la Verdad y demos abundantes frutos de caridad fraterna".
¿Y ésto que tiene que ver con el tema que nos ocupa?
Pues si recordamos el rito de Admisión que pronunciamos cada uno de nosotros el día de nuestra iniciación a la OFS, decíamos que "pedíamos el ingreso en la OFS para vivir con mayor empeño y fidelidad a la gracia y la consagración bautismo y seguir a Cristo según la doctrina y el espíritu de Francisco de Asís".
Cuando ya decidimos profesar la Regla de la OFS, a la pregunta del celebrante de si queríamos servir a la Iglesia como bautizados y entregados a su misión entre los hombres, nuestra respuesta fue el sí quiero.
En el 20 aniversario de nuestra regla de la OFS dijimos en el cursillo de noviembre del 98 que nuestra profesión fue un compromiso de respuesta a:
- la llamada recibida de Dios,
- la gracia recibida por el Bautismo (R.OFS art 6: "hacerse testigos e instrumentos de la misión de Jesús),
- al compromiso de vivir el Evangelio (CC.GG. 42.1).
Dicho todo ésto podríamos preguntarnos:
¿Cómo hacernos -por el bautismo- testigos de la Verdad y dar frutos de caridad?
¿Cómo vivir la gracia y la consagración bautismal que dijimos querer vivir el día de nuestra iniciación a la OFS?
¿Cómo servir a la Iglesia como bautizados entregados a testimoniarle entre los hombres, que asumimos en el día de nuestra profesión a la OFS?
Todas estas preguntas, o al menos en términos parecidos se las hizo Francisco de Asís en su camino de búsqueda de lo que Dios quería de él. Al principio de su "conversión", como dice Celano, se retiraba a bosques, hendiduras en las rocas, grietas o peñas escarpadas, capillas solitarias, etc. (2 Cel. 94 d). durante un tiempo Francisco tuvo la intención o "tentación" de dedicarse a la vida de ermitaño, pero para su sorpresa un día en Misa escucha el Evangelio de la Misión de los Apóstoles:
"Envió a los apóstoles a predicar (con la palabra y más con la vida) el Reino de Dios y a curar a los enfermos, sin llevar en el camino ni bastón ni alforjas, ni sandalias ni dinero, sabiéndose enviados como corderos en medios de lobos, pero dando siempre Paz". (Lc 10, Lc 9).
Y este trozo del Evangelio será para Francisco su norma de vida, su misión como bautizado.
En la contemplación del Cristo de San Damián, Francisco mira al auténtico Jesús: al auténtico siervo del que habla Isaías en la Primera Lectura de la Eucaristía de hoy: al que no lleva armas ni alforjas. Que no grita ni vocea, no amenaza ni castiga, no se doblega no vacila, el que en sus manos libres levanta la bandera de la Justicia, el que se alía con la misericordia para abrir los ojos al ciego, curar heridas y enfermedades, el que prefiere a los pobres. El que no quiere ser servido, sino servir, el que aprende a lavar los pies, a dar la mano, a multiplicar el pan a los hambrientos.
Este fue su programa como cristiano bautizado guiado por el Espíritu Santo, a pesar de las sugerencias del Cardenal Hugolino y del cardenal de San Pablo de Roma de hacer una fraternidad de hermanos eremitas o monjes (1 Cel 33c). No opta Francisco por una vida de permanente soledad, sino por una vida de Apostolado. También por una vida de contemplación pero una contemplación que le lleva, le fuerza y le exige el compromiso con el Hermano. El beso al hermano leproso (Tes 1-3), no es sino el comienzo de su labor apostólica, su misión de cristiano presente y activo en el mundo, su forma de hacer penitencia (Tes 1), de ser hermano de penitencia.
Sabemos que históricamente nacieron los hermanos menores, después las Damas Pobres de San Damián y luego la Orden de los penitentes franciscanos seglares (con el primer texto normativo o regla de 1221). Pero realmente los Hermanos Penitentes franciscanos nacen con el beso al leproso. Francisco antes de ser hermano menor fue y vivió como hermano de penitencia, que traducido al lenguaje de hoy es ser un laico comprometido.
Porque si pensamos un poco, ¿realmente que fue lo que hizo que mucha gente, de todo tipo de clase social, clérigos, legos, casados o solteros (1 Cel, 37/TC 60/ LM 4,6) quisieran su ejemplo? ¿Qué podríamos decir? Nos preguntaríamos como Fray Maseo "¿por qué a ti? (Flor 10).
No creo que la gente quedara impactada por la vivencia interior, de contemplación, de oración, de piedad de Francisco y su grupo de frailes-monjes con hábitos harapientos en una sociedad como la medieval, era más edificante para el cuerpo y el espíritu, sin duda la atracción de los monjes benedictinos, con sus conventos, su liturgia, etc... ¿Qué es lo que atraía a la gente? Pues sencillamente el compromiso apostólico de Francisco y de sus Hermanos Menores. El ser servidores, samaritanos. Servir a Cristo desde el Amor y disponibilidad a todos, incluso a los enemigos.
De ahí el atractivo de la figura de Francisco y de ahí nuestro origen de hermanos de penitencia. Hermanos para el seguimiento de Cristo a través del amor y del servicio al Hermano. De los 16 artículos que componen la II parte de la regla que trata sobre la forma de vida, 10 nos remiten a ello (Regla OFS art. 4, 5, 6, 13, 14, 15, 16, 17, 18 19).
Esta es o debería ser nuestra tarea, a esto hemos sido llamados:
- por el bautismo,
- por nuestra profesión en la OFS.
2.- EL COMPROMISO COMO GRACIA / DESGRACIA
Esta tarea, a la que estamos llamados e interpelados permanentemente, el compromiso apostólico como franciscanos seglares presentes y activos en el mundo y en las realidades en que nos ha tocado vivir, para realmente hacerla vida y hacerla posible es necesario que nuestra actitud ante el compromiso la hagamos desde la reflexión y el reconocimiento de que esta tarea no es una carga, esta tarea -el compromiso apostólico- la hemos de reconocer como tarea nuestra en la medida de que es gracia y don de Dios, que hemos recibido.
La 1 Carta de Juan 4, 7-10 19 nos dice que nos amemos unos a otros. Que el amor viene de Dios. Quien realmente ama ha nacido de Dios y conoce a Dios y quien no ama no conoce a Dios ya que Dios es amor.
Y Juan se pregunta en que se ha hecho visible el amor de Dios, y se contesta diciendo que el Amor de Dios se ha hecho visible desde el momento que Dios envía a su Hijo al Mundo para darnos Vida.
El amor no existe en el mundo porque nosotros amemos a Dios
sino porque Dios nos ha amado y envía a su Hijo para salvarnos, parar liberarnos.
Nosotros podemos amar porque Dios nos ha amado primero.
El amor es un don de Dios, una gracia de Dios.
El compromiso debe ser la respuesta al amor de Dios, la respuesta al "amarse unos a otros". Un compromiso social realizado desde el Evangelio debe ser la expresión o gratitud del don del amor recibido a Dios que yo hago presente en el amor a los hermanos, en el amor, a la humanidad, al mundo.
Nosotros hermanos de la OFS que vivimos en fraternidad local tenemos una vida íntima de cristianos que se evidencia en:
- la vida de Oración (art. 8 Regla OFS)
- escucha de la Palabra(art 4, 5 Regla OFS)
- caridad fraterna (art 25 Regla OFS)
- el pan compartido = Eucaristía (art 5 Regla OFS).
Pero todo esto, esta vivencia de cristianos, no tiene ningún sentido si todo lo anterior -toda nuestra Oración, la escucha de la Palabra, la preocupación por los hermanos, recibir a Jesús que se parte y se comparte en Comunión en la Eucaristía- no se convierte en TESTIMONIO.
El compromiso social es un lugar privilegiado para realizar ese Testimonio para realizar la tarea de Amor y servicio a los hermanos, a la sociedad, al mundo. Y si realmente fuésemos capaces de testimoniar a Jesús (su Verdad, la buena noticia, las bienaventuranzas, su Vida, no ser persona de medias tintas, tener actitud profética, de denuncia, su Presencia, hacer presente en nosotros a Jesús, siendo constructores del Reino, aunque ello nos lleve a la persecución) en el mundo desde un compromiso social auténtico y sincero, dicho testimonio cristiano provocaría admiración y conversión, al igual que lo provocó Francisco de Asís hace ochocientos años.
De lo dicho, veamos al menos un ejemplo de muchos tantos en que Francisco nos transmite esta visión del compromiso como Gracia, como don.
Todos recordamos que no se cansaba de decir que "el amor no es amado", y en la 1 Carta a Todos los Fieles nos viene a decir:
"Los hermanos y hermanas amen al Señor con todo su corazón, con toda su alma y la mente, con todas las fuerzas y amen a sus prójimos como a sí mismo".
Francisco coloca el amor a Dios y el amor al prójimo como la base donde se debe edificar la vida de penitencia, la vida de conversión y la vida hecha compromiso del franciscano seglar. Si bien da la sensación de que se realiza la síntesis de dos amores (el tributado a Dios y el realizado al prójimo) realmente se habla de un solo amor, ya que cuando Francisco habla de amar a los prójimos como a nosotros mismos nos coloca la medida del amor al otro en nosotros como ingenuamente podamos pensar. Francisco cuando plantea el amar al prójimo como a nosotros mismos, está queriendo decir, en clave de la 1 de Juan, que amemos a los otros con la misma medida con la que Dios nos ama. Esta es la medida verdadera y el sentido del texto para aquellos que desean hacer penitencia de acuerdo con el testamento de San Francisco: amar a los otros como respuesta al amor gratuito que hemos recibido de Dios.
3.- TRES NIVELES DEL COMPROMISO DESDE NUESTRO CARISMA DE FRANCISCANOS SEGLARES.
La misión a la que está llamada la OFS y los hermanos profesos en ella, es beber de nuestro carisma, del seguimiento de Cristo al estilo de Francisco, y es desde aquí y desde el sentirnos enviados a ser presencia activa de cristianos y franciscanos en el mundo. Por ello antes de plantearnos los rasgos que debe tener nuestro compromiso o los lugares propuestos para el mismo, queremos fijarnos en tres niveles a tener en cuenta y presentes cuando nos sintamos misionados y enviados por la Iglesia para hacernos presentes en el mundo.
3.a Tener en cuenta nuestra preferencia carismática = Origen.
¿Para que nos ha enviado Dios al mundo? Se lo pregunta Francisco en su Carta a toda la Orden y nos responde.
"Ensalcen al Señor con sus obrar, ya que para esto nos ha enviado al mundo, para que con la palabra y con las obras, den testimonio de su voz y hagan saber a todos que no hay otro Omnipotente fuera de EL" (Cta. 8-9).
Vemos en el texto tres puntos esenciales a destacar que nos dan rápida respuesta a la pregunta planteada:
Enaltecer a Dios en las Obras ..................................... enaltecerle en lo que hacemos.
Ser testigos de su Palabra .......................................... para testimoniarle desde lo que en ÉL escuchamos
De modo que todos descubran que Dios es Dios ...... para evidenciarle entre los hombres como Dios verdadero.
Esto está relacionado con el art. 6.a de nuestra Regla y con el art. 17.1.a de la CC.GG. (anunciar a Cristo con la vida y la palabra).
Aquí la reflexión nos lleva a la afirmación de que un franciscano seglar que realmente no sea un contemplativo no podrá ser nunca un auténtico franciscano comprometido con el mundo. Sin la experiencia de Dios que pasa por la vida de cada uno, que transforma nuestra historia en una historia de Salvación y de liberación, es difícil que nuestra vida sea auténticamente apostólica. Seré incapaz de enaltecer-testimoniar y evidenciar a Dios en el mundo si yo no tengo experiencia de Dios en mí y no puedo dar testimonio de todo "el bien que me ha hecho" (Tob 12,6). La primitiva Iglesia testimonió con la palabra y con las obras "lo que habían visto y oído". Nuestra vida de franciscanos seglares para ser fiel a nuestra profesión debe ser "testimonio existencial", una existencia vivida plenamente desde la apostolicidad, así podremos cumplir lo que Francisco nos decía a través de la Leyenda de los Tres Compañeros:
"Los hermanos deben vivir entre los pueblos de tal manera que todos aquellos que los oyen o los vean, sean movidos a dar gloria al Padre del Cielo y a alabarlo devotamente" (TC 58).
3.b. Un estilo propio = itinerario.
Ya sabemos a lo que estamos llamados, pero ... ¿cómo? La respuesta la tenemos en la 1 lectura del día de hoy, que es de los cánticos del Siervo de Isaías, un tema bíblico básico para Francisco (1er Is 42,6-7).
Aquí tenemos la respuesta de cual es nuestro estilo propio de enaltecer-testimoniar-evidenciar a Dios.
Curar a los ciegos, a los heridos
Liberar de cualquier esclavitud
Volver a la verdad a quien está en tinieblas.
Este es nuestro estilo, la opción preferencial por el "pobre", el desarrollar un compromiso de liberación, profético, de denuncia, de cambio de la sociedad y de las realidades que vivimos, y de dar luz, esperanza, ilusión, de poner verdad donde hay error y poner fe donde hay duda.
3.c. La finalidad precisa = fin.
El fin no es otro que hacer presente en el mundo el Reino de Dios y su Justicia, hacer presente y realidad en el mundo las bienaventuranzas. Esta es nuestra misión, pero siempre teniendo claro nuestro origen y nuestro estilo propio de franciscanos seglares.
4.- RASGOS DE NUESTRA PRESENCIA O COMPROMISO APOSTÓLICO.
Antes de plantearnos los posibles lugares donde podemos y debemos ser presencia activa y comprometida en el mundo, vamos a aportar brevemente algunas características que aunque ya han aparecido a lo largo de la exposición conviene tenerlas presentes para ubicarnos en el lugar-compromiso y preguntarnos si el mismo responde a cada uno de estos rasgos.
a. Que sea evangelizador.
Que lleve a los lugares y ambientes donde estén los valores del Reino de Dios que proclaman las bienaventuranzas, que testimoniemos la Verdad, la Vida y la Presencia de Jesús (CC.GG. ART. 17.1.a, art. 19).
b. Que sea liberador.
Como miembros activos de la Iglesia (Regla OFS art 6, CC.GG. art. 17.1) nuestro compromiso y nuestra acción en el mundo debe ser sacramento de liberación (de salvación) para los hombres y mujeres de hoy.
Nuestra presencia para ser liberadora debe hacer visible la liberación que anunciamos. Es decir, que nos exige nuestra presencia a través de acciones particulares o gestos concretos que deban ser presencia visible y efectiva de lo que ello supone. Ello nos exige que reflexionemos sobre en que lugares somos más sacramento de salvación desde nuestras realidades concretas.
c. Que sea apostólico.
Que vivamos el ejercicio del compromiso social como envío misionero de la Iglesia en la historia y en nuestras realidades más cercanas, según (CC.GG. 17.1.
d. Que sea encarnado.
Encarnarse cristianamente es encarnarse en la cultura de las personas a las que se le quiere dar la Buena Noticia de parte de Dios. Así lo hizo Jesús. El Hijo de Dios se hace hombre no en abstracto, sino "en judío" de su época. Se hizo pobre como los pobres de Israel y dedicó su vida a la causa de su pueblo, viviendo la cultura de su pueblo en todo lo que estaba de acuerdo con el plan de Dios. Encarnarse siempre es un dialogo con la cultura y la situación histórica concreta en la que se quiere evangelizar. Francisco, cuando se dispuso a irse a Tierra de musulmanes a evangelizar, fue con actitud de encarnación por ello fue acogido por el sultán.
e. Que sea preferencial por los "pobres".
Esto nos lo dejan muy claro las CC.GG. en su art. 19.2, donde dice "que se elijan en primer lugar el trato con los pobres, con los marginados, con quienes son víctimas de la injusticia. Jesús vino a anunciar la Buena Noticia, pero optó y eligió anunciarla entre los pobres, ésto supone:
- vivir la pobreza evangélica a la que nos llama el art. 11 de nuestra Regla, desde la opción por los pobres y para ello vivir pobremente renunciando a cuanto nos impide hacerlo.
- conocer desde la perceptiva de los pobres sus problemas, su historia, sus utopías, etc., haciendo un discernimiento cristiano de todo ello, apostando por dedicar nuestro tiempo, capacidad y esfuerzo a la defensa y a la causa de los "pobres".
- oponerse desde la defensa de los pobres y desde la fe de la Iglesia a cuanto dificulta o manipula su liberación.
f. Que sea doblemente fiel a la Iglesia y al mundo.
Aún reconociendo las dificultades de esta doble fidelidad hay que realizar un esfuerzo por no traicionar ni a la Iglesia ni al mundo, al hilo de CC.GG. 20.1 que nos dice tenemos que empeñarnos en la construcción del Reino de Dios (nuestro fin) dentro de las realidades y actividades temporales, los franciscanos seglares deben vivir de modo inseparable su pertenencia a la Iglesia y a la sociedad.
g. Que sea un compromiso vivido desde la perfecta alegría.
Esto se nos recuerda desde el art. 19 de la Regla y desde el art. 26.2 de las CC.GG..
Si nuestro fin es la construcción del Reino de Dios, para enartecerle-testimoniarle-evidenciarle desde el curar-liberar-volver a la verdad, si realmente hacemos ésto, estamos cumpliendo las bienaventuranzas y en ese camino va a haber persecución que engendra dicha y felicidad, pero también sufrimiento en el logro de la Justicia.
La persecución (Jn 15,2), el odio (Lc 6.22), el insulto (Mt 5,11), la expulsión, el ultraje y la maldición de nuestro nombre (Lc 6,22), las calumnias( Mt 5,11), son situaciones que se producen cuando uno se toma en serio el ser franciscano seglar, éste es el precio que tenemos que pagar por ser cristianos comprometidos desde el sabernos pequeños, menores, pacíficos. Esta es la paradoja cristiana, ese precio amargo a los ojos del mundo, para nosotros debe convertirse en alegría, bienaventuranza y buena noticia (Lc 6,20, Mt 5 1-12).
Esta gran actitud del discípulo y seguidor de Jesús la ha vivido Francisco hasta el fondo. Nos dice en la Admonición 9, 1-3: "Así, pues, ama de veras a los enemigos el que no se duele de la injuria que se le hace, sino el que por amor a Dios se requema por el pecado que hay en el alma. Y muéstrele su amor con las obras".
5.- POSIBLES LUGARES DONDE VIVIR EL COMPROMISO
Presentes y activos en el mundo. Este era el título de nuestro encuentro fraterno en el día de hoy y os preguntareis a que viene todo lo anterior. Podríamos haber comenzado esta reflexión a partir de aquí y habernos ahorrado este "rollo". Y es verdad, lo podríamos haber hecho, pero conviene tener en cuenta todo lo anterior, el sabernos llamados a la presencia y a la actividad en el mundo, desde nuestros orígenes, con un estilo propio y teniendo claros cuales deben ser los rasgos de nuestra presencia o modo de estar presentes, ya que si todo ello no está claro, podremos estar en el mundo y hacer pocas o muchas cosas, pero no desde nuestra vocación de franciscanos seglares, seríamos meros activistas. Por ello lo anterior.
A la hora de plantearnos el lugar del compromiso, conviene tener claro que no importa en que lugar estemos, sino el talante con el cual estamos y también hay que dejar claro el no confundir nuestra presencia en la Iglesia con nuestra presencia en el mundo, cuestión que por las encuestas contestadas a esta vocalía, a veces no se tiene claro.
También hay que plantearse la elección del lugar de compromiso desde un doble discernimiento personal compartido por la fraternidad, atentos a las necesidades y posibilidades de nuestros lugares donde vivimos, donde trabajamos y donde nos movemos, etc.. El discernimiento fundamentalmente es personal, con la ayuda de la fraternidad que debería tener conciencia y sentirse Iglesia doméstica que envía a los hermanos a la misión en el mundo.
En la Regla y CC.GG. de la OFS se nos plantean posibles lugares o ámbitos donde llevar a cabo nuestro compromiso, pero ello debe entenderse como algo abierto, atentos a las situaciones o realidad social en la que estamos inmersos, apostando por una opción preferencial hacia "los pobres", aún estando en sitios y lugares no confesionales, donde pasen de Dios o incluso lo rechacen abiertamente, aún a consta de sentirnos ovejas en medio de lobos.
La Regla y las CC.GG. nos dan las siguientes pistas:
- Movimientos donde se promueva la dignidad de la vida y la libertad de los pobres. Ejemplos: ONGS contra el racismo, la xenofobia, etc., art. 18.3 CC.GG.
- Movimientos de conservación de la naturaleza, que tengan actitud profética, art. 18.4 CC.GG..
- Movimientos de liberación de los pobres y marginados social, cultural y económicamente: Cáritas, ONGS para el desarrollo O,7%, drogodependientes, minusválidos, etc., art. 19.2 CC.GG..
- Movimientos en el mundo del trabajo: sindicatos, art. 21,1 CC.GG..
- Vida pública: partidos políticos, asociaciones ciudadanas, movimientos sociales, APAS, organizaciones de consumidores, etc., siempre desde un trabajo a favor de los desfavorecidos, desde actitud profética, desde el no apoltronamiento, fomentando la participación de los demás en la vida pública, art. 22.1 CC.GG.. Aquí se ven las auténticas "INICIATIVAS VALIENTES".
- Movimientos por la paz y la objeción de conciencia, art. 23.1 CC.GG..
- La familia, como lugar privilegiado para el compromiso, art. 24. La familia es el primer lugar de compromiso; el compromiso doméstico, pero hay que ir más allá, sin descuidarla.
6. ALGUNAS TENTACIONES.
Jesús fue tentado, también Francisco.
Entre ellas podríamos hablar de:
- La falsa humildad: es que no sirvo. Recordad el Evangelio de los talentos.
- Pietismo. Es muy cómodo quedarme en el sagrario y no convertirme en sacramento para los otros.
- Es más cómodo estar más presentes en la Iglesia: catequesis, liturgia, pastoral juvenil, coro, cursillos bíblicos y mil cosas mas, que estar en el mundo.
- Es que, si me meto en el mundo, me contamino. Recordad la frase de Francisco: Vivid en el siglo, sin ser del siglo.
7. ALGUNAS SUGERENCIAS MÁS.
- La formación inicial es fundamental para descubrir la importancia del compromiso y exigir al hermano que debe posicionarse, teniendo claro que si profesa en la OFS, se le exige que su fe en Cristo tenga una dimensión socio-política.
- Que cada hermano tenga un proyecto personal de vida como franciscano, revisable anualmente.
Termino con una frase del Ministro General de la O.F.M. en su carta de Navidad a la familia franciscana: "El Verbo de Dios está siempre en busca de una "carne" que lo engendre y de testimonio de ÉL en el mundo. Necesita de nosotros, pero no quiere imponerse... necesita de cada uno de nosotros para traer (al mundo) la Buena Noticia, la gran alegría, el nacimiento de un Salvador".
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